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¿Cuál fue el descubrimiento astrofísico que se anunció el día de ayer y por qué es tan importante?

 

¡Pues se encontró la primera evidencia de una fuente extragaláctica de rayos cósmicos y neutrinos de muy alta energía!

Pero vamos por partes. Desde su primera detección, hace más de 100 años, el misterio de dónde vienen y cómo se producen los rayos cósmicos ha sido un tema de investigación abierto. Los rayos cósmicos son partículas cargadas eléctricamente (como los protones) cuya trayectoria desde su progenitor hacia la Tierra no puede determinarse ya que son desviados por los campos magnéticos en el espacio. Sin embargo, las fuentes en el universo que podrían producirlos también producen neutrinos, los cuales son partículas sin carga eléctrica por lo que no son afectadas por ningún campo magnético, lo que permite conocer su origen cuando son detectados, pero su detección es muy difícil ya que su interacción con la materia es muy improbable y su masa es casi cero.

Pues resulta que las observaciones hechas por el Observatorio de neutrinos IceCube, ubicado en el Polo Sur, y confirmadas por telescopios y observatorios alrededor de la Tierra, han ayudado a resolver el misterio, de más de un siglo, sobre qué genera neutrinos y rayos cósmicos que se propagan por el universo. Estos resultados se publicaron esta semana en dos artículos de la revista Science en donde señalan que la fuente progenitora de los neutrinos detectados es un blazar conocido con el nombre de TXS 0506+056. Esta detección fue el 22 de Septiembre de 2017 y acto seguido se envió una alerta para que observatorios y telescopios alrededor del mundo confirmaran alguna actividad inusual en la fuente. Y efectivamente, el satélite espacial Fermi y el arreglo de telescopios Cherenkov MAGIC, ubicado en las Islas Canarias, detectaron un incremento en el flujo de rayos gamma provenientes de esta fuente. Así también se tuvieron detecciones en otras longitudes de onda como rayos X y radio.

¿Y qué es un blazar? Pues se trata de una galaxia elíptica con un agujero negro super masivo en su núcleo que tienen un jet de luz y partículas elementales que apunta hacia la Tierra. Este blazar, TXS 0506+056, está situado en el cielo nocturno en la constelación de Orión y se encuentra a una distancia de 4 mil millones de años luz.

Entonces, las observaciones prueban que TXS 056+056 es una de las fuentes más luminosas en el universo y nos provee de observaciones “multimensajero”, es decir, además de producir luz muy energética (rayos gamma) su núcleo y jet son los suficientemente poderosos para acelerar rayos cósmicos y producir neutrinos. Siendo sólo un neutrino, de millones producidos, el que se detectó.

Y por si fuera poco, el equipo de científicos de IceCube buscaron en sus datos archivados y descubrieron que a finales de 2014 y principios de 2015, detectaron 12 (¡sí 12!) neutrinos provenientes del mismo blazar. Esto deja en claro que TXS 0506+056 es el primer acelerador cósmico conocido de neutrinos y rayos cósmicos de muy alta energía. ¡Qué emoción, misterio resuelto!

Y por último pero no menos importante, ¿por qué debe importarnos la física de neutrinos? Pues resulta que lo único con lo que interactúan los neutrinos, además de la gravedad (pero muy poco por su pequeña masa), es la fuerza débil, la cual es la encargada de convertir protones en neutrones, propiciar la fusión nuclear en el Sol y otras estrellas, y crear los elementos que hacen los planetas y la vida misma posible. Por lo tanto comprender la física de los neutrinos puede ayudarnos a conocer la estructura y evolución del universo, si la masa de los neutrinos fuera más grande, el universo luciría muy diferente, y probablemente no estaríamos aquí para verlo.

Así que espero que en los próximos años se descubran nuevas fuentes de rayos cósmicos y neutrinos para ir enriqueciendo nuestro saber acerca de nuestra propia historia.

Referencias y fotografías:

https://icecube.wisc.edu/news/view/586

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